domingo, 26 de agosto de 2007

Padrinos

La noche del 28 de Noviembre del 2006 quedó grabada a fuego en nuestra carne y en nuestro espíritu. Hacía noches que charlabamos con ellos, y cada vez nos ibamos animando más a conocerlos. La verdad, su cálidez y buena onda nos tranquilizaban, porque sentíamos que detrás de esas largas charlas, llenas de anécdotas calientes, había dos seres humanos fántásticos. Y por suerte así fue.
Finalmente, una noche nos propusieron ir a tomar algo, y después, si todo estaba bien, quedaba la posibilidad de iniciarnos en este juego. Ese día, hablamos por teléfono y concretamos la cita. Es realmente indescriptible los nervios que sentíamos ambos. Se nos cerró el estómago, no podíamos ni probar agua, jajajaj. El cuerpo nos temblaba, y cada uno por su lado trataba de demostrar total tranquilidad, para no pertubar al otro. Pero ambos sabíamos que lo del otro era pura cáscara, que los nervios nos carcomían a los dos.
La noche estaba espectacular, cálida y luminosa. Nos pasaron a buscar y fuimos a tomar algo. La primera impresión fue muy buena, y las demás también, jajajaj. Ellos eran una pareja de unos 38 años, mayores que nosotros, pero muy joviales en todo sentido. Nos sentimos muy cómodos en todo momento. Creo que lo más valioso de ese encuentro fueron los concejos que nos dieron, porque nosotros , por supuesto, desconocíamos un montón de cosas.
Tomamos un par de cervezas y nos preguntaron si nos sentíamos a gusto, si estaba todo bien. Nosotros, tomados de la manos aún temblorosas, nos miramos y asentimos con nuestras miradas. Nos fuimos de aquel bar, los cuatro sin saber bien qué iba a pasar, pero con la certeza de querer hacerlo.
Por su lado los chicos también estaban nerviosos ( en realidad los nervios están siempre presentes en esta historia) porque sentían la gran responsabilidad de que las cosas salieran bien, sabían que la primera vez es fundamental para largarse a pleno en esta aventura.
Subimos a su camioneta, y salimos rumbo al hotel. Nuestros cuerpos no dejaban de temblar, pero los chicos nos tranquilizaban con sus divertidas historias.
Por fin llegamos. La habitación era muy "acogedora", jajajaja. Una gran cama, de dimensiones nunca vista por mi, sobresalía en el lugar. Nos recostamos cada uno con su pareja, y poco a poco empezamos a sentir el calor de la situación. Yo me aferraba a mi chico, todavía un poco nerviosa. Lentamente empezó a sacarme la ropa,mientras su lengua me acariciaba el cuello, y me comía la boca. Sentía la temperatura de ellos a mi lado y me calentaba aún más. De pronto sentí muchas manos acariciando mi cuerpo desesperadamente. Mis piernas, mis pechos, mi conchita eran invadidas por sus manos calientes. Yo cerré los ojos y comencé a disfrutar de cada uno de ellos. De pronto él se levantó y vino directamente a mi boca. Me dio un beso largo y muy apasionado. Recuerdo su lengua entrelazada a la mía, moviéndose insaciablemente. Mi chico, a su vez, daba comienzo a su juego, besándola a ella con el mismo tenor. Sus pechos eran tan grandes y jugosos, que invitaban a chupárselos sin descanso. Mi caliente muchacho los disfrutó a full, y ella se entregó a sus instintos con gran deseo. Yo me retorcía del placer, de mirar y de sentir.
Viene a mi memoria las palabras calientes de él en mis oídos. Me calentaba sentir su calentura, estaba deseperado por cogerme. Sus lengua recorría todo mi cuerpo sin cesar, hasta que se detuvo increiblemente en mi conchita. No puedo describir con palabras, son casi insuficientes, la forma en que este hombre me chupó la concha. Esa lengua recorría cada espacio de mi clítoris y mi cola con una desesperación que me quitaba el aire. Fue en ese momento en el que comecé a relajarme y me entregué por completo a sus manos. La húmedad de mi concha y la rapidez de sus movimientos me enloquecieron, y de repente empecé a sentir ese hermoso cosquilleo que anuncia la gran explosión. Tuve un orgasmo dulce, muy largo y placentero. Mi temblor lo enloqueció aún más, y ya no pudo resistirse. Quería penetrarme. Me preguntó si yo deseaba su pija, y yo todavía agitada lo asentí con placer. Entonces sentí todo su ser dentro mío. Su respiración entrecortada sobre la mía nos ahogaba. Entraba y salía sin descanso. Me tomó de la mano, se recostó, yo me incorporé sobre él y empecé a " cabalgarlo" lentamente. Mi chico, por su lado, también la cogía a ella. Veía sus movimientos firmes y seguros y me calentaba más. Ahí descubrí lo mucho que me calienta verlo coger, lo mucho que me gusta ver sus nalgas moviéndose entre piernas abiertas, lo mucho que me moviliza ver su lengua enloquecida chupar otras conchas. Cabalgué por un largo rato, y después me puse de cuatro patitas para sentir toda su pija y sus huevos chocarme la conchita. Siempre me encantó esa sensación. Yo le pedía que me diera más fuerte, y él me llenaba de placer. Se movía y se movía sin cesar, mientras me agarraba firmemente los pechos, que se escapaban por tantos movimientos. Entonces empezó a gemir con más fuerza, y estalló en un desesperado grito de placer. Me abrazó tiernamente y nos recostamos a mirar como seguían cogiendo mi chico y su chica. En ese momento, ella estaba sentada sobre su boca, moviéndole su conchita sin parar. Conozco plenamente la hablidad de esa lengua, y lo confirmé viéndole la cara de placer a ella. Mi chico la chupó hasta el cansancio, logrando que ella explote de placer. Casi sin aire ella se recostó a nuestro lado, y yo me acerqué a mi amor, que todavía estaba re caliente. Me abrió las piernas y empezó a cogerme con tanta pasión y calentura, que explotó al toque. Nos abrazamos colmados de felicidad, plenos de satisfacción.
En el camino de vuelta, volvimos abrazados, besándonos como amantes furtivos. Cuando llegamos a casa, no pudimos dejar de coger por horas. Dormíamos un rato y cuando nos despertabamos volvíamos a coger. Aquella primera experiencia nos despertó la líbido aún más. Sólo pensabamos en coger. Pero además nos unió en todo sentido. Nos habíamos transformado en compañeros de noche, aventuras y camas, jajajaj.
Esatabamos super emocionados, y queríamos más. Los contactos seguían apareciendo, y las charlas continuaban a full. Entonces aparecieron ellos.... y la segunda experiencia se acercó.

8 comentarios:

Ocilobrepih dijo...

Saludos Lulú, visitaste mi blog y aquí estoy yo ahora devolviendo la visita. Me ha gustado el estilo de tu blog. Lo voy a incluir entre mis enlaces. Espero que me continúes visitando. Besos

Lulu dijo...

Gracias corazón por devolverme la visita. Po cierto, tu blog es exquisitamente caliente.
Besososo
Lulu
P/D: Ya estas entre mis enlaces.

Anónimo dijo...

muy bien contado...aunque muy excitante.
Saludos

Sayuri dijo...

Aquí estoy, pero solo es una visita.
No me gustan las críticas, cada uno expresa lo que quiere, como quiere, como le sale.
Yo respeto eso, así que te leeré y comentaré lo que me hagas sentir con tus palabras, pero jamás lo tomes como una critica.
No dejes que nadie te juzgue, ni critique. Se tú ante todo.
Lulu, me encanta tu nombre… Lulu.

Un beso

Enfermo de amor dijo...

Un placer leerte, nunca mejor dicho. Siempre he deseado hacer realidad un swinging pero normalmente me ha faltado algo imprescindible: la pareja, aunque he de decir que el trío nunca ha estado nada mal.

Anónimo dijo...

Hola Lulu.

Fantastico relato, ojala sigamos encontrando tus narraciones de este fascinate mundo swinger.

saludos.

att. Erasmo

Hugo dijo...

guau casi tuve un orgasmo leyendote, superbien tus relatos a ver si conversamos mas suerte y no cambies..

Lulu dijo...

Gracias amigos por su visita!!! Gansumino, que bueno q te gusten mis relatos, ya se vienen más!
Sayuri me encanta que me hays visitado, y que te guste mi nombre! Mmmmm.....
enfermo de amor No te desanimes, ya aparecerá esa chica audaz y desprejuiciada que te acompañe en esta aventura!!!
Erasmo, tb me encantaría que sigamos en contacto!!!
Hugo Qué groso lo que me contás amigo, me entusiama aún más para escribir mis historias!!!!

Un abrazo a todos!!!