jueves, 12 de noviembre de 2009

Conversaciones y fantasías!

Esta historia se remonta a un charla muy hot que tuve con un vago muy interesante, jajajaj, con quien pude soltar muchas de mis fantasías. Después de un par de horas de una conversación muy calentita, me animé y le escribí el siguiente mail:

Bueno lindo, te mando también un mail, por las dudas no leas el último mnsj. Realmente me encantó conocerte, y me quedo con las ganas de seguir fantaseando con cogerte. Me encantaría poder cumplir con vos mis fantasías mas ocultas. Me calienta mucho la idea de coger a solas con vos, serle infiel al flaco (esa idea nos calienta a los dos en realidad, jajjaj) con alguien que me calienta tanto. Te imagino en la calle, cruzarnos de casualidad y que nuestras miradas queden fijas en el otro, sentirme penetrada por tus ojos, sentir tu calor con el simple roce de la calle. Me seguís, querés acercarte y no sabes cómo. Yo me hago la inocente pero me doy cuenta q me venís siguiendo y me calienta mucho. Entro a un bar, pido algo para tomar y te veo entrar, haciéndote el distraído, tratando de disimular tus ganas. Yo para disimular también agarro un diario y me hago la de leer, mientras siento el calor dentro mío. Es fuertísima la atracción, ambos estamos desesperados por tocarnos, por sentir nuestra intimidad explotar. Y discretamente te acercas, me preguntas si terminé de leer el diario, y yo te miro extasiada, dichosa, deseosa de que te animes a más. Entonces me preguntas si podes sentarte conmigo. Intento disimular mi ansiedad y te contesto con un simple gesto que te da lugar a mucho más. Te sentás bastante cerca, puedo sentir tus piernas debajo de la mesa, jugando cada vez más para acercarte. Mis piernas empiezan a abrirse lentamente, se que en algún momento tus manos van a atreverse a más. Y la conversación se hace cada vez mas entrecortada. Nuestros ojos se pierden en nuestros labios sedientos de sexo. Y mientras siento la pasión que me desborda, pienso en mi marido que seguramente estará trabajando, seguro de que yo estoy en casa como siempre, haciendo las cosas que tanto me aburren. Siento internamente la necesidad de salir de esa cajita de cristal, quiero probar los placeres mas prohibidos de la vida. Y me dejo llevar, dejo que mis deseos por primera vez me controlen. Me desbordan por el deseo. Deseo de sentirme penetrada, de sentir la firmeza de otro hombre dentro de mí. Y entonces siento tus dedos que tímidamente se aproximan a mis rodillas, empiezan a acariciarlas con firmeza, demostrándome tu deseo desesperado. Y nuestros ojos se petrifican, se paralizan, nuestros labios se abren lentamente. Siento que te acercas cada vez más, y mi cuerpo sólo quiere entregarse, sólo quiere sentir la adrenalina de lo prohibido. Y tus manos se animan a más, y más. Mis muslos tiemblan ante lo próximo. Sé que estas muy cerca de mis fluidos mas íntimos. Quisiera disimularlo un poco, pero a esta altura es imposible, estoy absolutamente mojada, tiemblo del placer. Entonces, cuando estás cada vez más cerca, te tomo las manos y te separo de mi. No puede ser que caiga tan fácilmente ante un total desconocido, no puede ser que mis deseos sean más fuertes que mi voluntad. Te pido disculpas y voy al baño. Entro desesperada y lo primero que hago es lavarme la cara con agua muy fría, me paso las manos por mis pechos que están absolutamente erectos. Mi corazón late sin pausa, la agitación me desborda. De pronto siento la puerta que se abre. Trato de disimular mi estado, pero en ese instante siento unas manos ardientes que me toman de mi cintura y me traen contra un cuerpo viril y erecto. El espejo me deja verte, deja ver tus ganas incontrolables. Me tomas de la entrepierna y tus dedos corren mi tanguita indefensa para empezar a frotarme toda. Me desespero, siento que voy a explotar, no puedo controlarme. Me ves muy loca y para controlar mis gemidos me comes la boca de un beso, tu lengua ardiente se mete profundamente en mí. No aguanto más, quiero sentirte adentro mío, sentir tu calentura explotar en mi. Entonces me levantas con tus brazos fuertes y corpulentos, me abrís las piernas, me subís en la bacha del ante baño y sin dar más vueltas sacas tu hermosa pija, durísima, y me penetras dulcemente. Mi cuerpo tiembla, no puedo creer estar haciendo esto, atreverme a soltar mis ataduras y dejar mi placer fluir. Me penetras cada vez con más fuerzas, siento tu miembro cada vez más profundamente, mientras me devoras con tus besos, y me comes las tetas, q a esa altura están totalmente libres y gozosas. Después me bajas y rápidamente me das vuelta. Yo abro las piernas deseosa de sentirte fuertemente. Tus manos toman mi cabello y me empezas a lamer el cuello, la espalda, mientras me coges con todas tus fuerzas. El placer es extremo. Empiezo a sentir el temblor que devora mi ser. Entonces me doy vuelta y me alzas con fuerza. Siento tu pija profundamente, froto mi clítoris con desesperación hasta que no da más....no da más.....mi ser explota del placer. Mmm, y vos seguís besándome desesperadamente. Entonces, cuando sentís mi placer complacido, me pones tu pija calentita en mi boca, y con un movimiento fuerte pero cadencioso empezas a pajearte para mí. Me desespero una vez más. Quiero tener tu leche en todo mi cuerpo. Veo tu cara de placer y me excita aun más. Entonces, siento todo el calor de tu ser en mi boca y en mis tetas, muchísimo, riquísimo, dulce. Tomo tu pija entre mis manos y sigo chupándola, quiero sacar hasta la última gota, quiero todo para mí. Mmmmmm, nuestros cuerpos se unen finalmente en un abrazo insaciable, feliz, libre. Rápidamente acomodas tu ropa y te veo salir. Nuevamente me lleno de agua helada para calmar mi ser. Me siento absolutamente plena. Mi cuerpo aún tiembla pero tengo q salir de ese lugar. Salgo disimuladamente y vos ya no estás ahí. Mientras camino por la calle nuevamente, vuelvo a pensar en mi marido que seguramente está en su trabajo, pensando que yo estoy en casa, rodeada de la maldita rutina. Una sonrisa se apodera de mí. Pude vencerla, la rutina ya no me tiene presa, ni me tendrá nunca más.